Lentas sonrisas caen
y en aquellos nubarrones flotan,
después de morir en los barrotes.
De tu celda se escapan los sueños,
de infamia, dolor y odio;
eres mártir de las pesadillas,
de los abrazos mordazas y
de los besos mordiscos.
Mientras, el mar en calma refleja el palpitar de tu agonía.